Una pareja caminaba por una calle solitaria por la noche. Se trataba de un joven asiático de 20 años y una chica de España, de la misma edad. Aquella era su primera cita.
Ella lo había invitado a su casa. Entraron.
- ¿Y qué te apetece cenar? - preguntó el chico.
- Comida china - dijo ella mirándolo con picardía.
El, azorado, adivinando sus intenciones, respondió:
- Está bien, voy a llamar...
- No será necesario - cortó ella.
El la miró, confuso, a lo que la chica respondió:
- Ya ha llegado.
Acto seguido se abalanzó sobre la yugular del chico. Nadie escuchó sus gritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario